¿Y si te dijera que ir más despacio te puede dar mejores sensaciones que ir con el puño a fondo? Parece contradictorio, ¿verdad? Pero el «Slow Driving» en moto no va de aburrirse, va de disfrutar con los cinco sentidos, de conectar con la carretera, de hacer cada kilómetro placentero. En este artículo vamos a hablar de cómo conducir con una marcha menos puede cambiar por completo tu experiencia sobre dos ruedas, ¿empezamos?
¿Qué es el Slow Driving en moto?
El slow driving, o conducción lenta, no significa ir a paso de tortuga o con una velocidad inadecuada. Significa bajar el ritmo para subir el disfrute. Es una filosofía de conducción que pone el foco en la seguridad, la conciencia plena del entorno y el disfrute del viaje más que en la velocidad.
Este estilo de conducción conecta muy bien con el concepto de «mindful riding» montando a caballo. O lo que es lo mismo, conducir con plena atención y disfrutando del momento presente.
¿Por qué cada vez más moteros se apuntan al Slow Driving?
Por varias razones muy potentes:
- Seguridad: menos velocidad = más tiempo para reaccionar.
- Menos estrés: adiós a la tensión de ir todo el rato pendiente del límite o del radar.
- Más disfrute: vas atento al paisaje, a los olores, a los sonidos del motor… y dejas de ir como un autómata.
- Menos desgaste mecánico y físico: menos revoluciones, menos consumo, menos cansancio.
Y ojo, que no lo decimos solo nosotros: según la Dirección General de Tráfico (DGT), una conducción relajada reduce hasta un 20% el riesgo de accidente. A veces, la velocidad no mata… pero sí cansa, despista o satura.
Ruta recomendada para el Slow Driving: la Ruta de los 3 Valles en Logroño (La Rioja)
Un ejemplo perfecto para poner en práctica el slow driving es la espectacular Ruta de los 3 Valles en la comunidad riojana. No hablamos de una ruta de curvas rápidas para rozar rodilla, sino de una experiencia visual, sensorial y motera para saborear con calma.
Parada 1: Ermita de Valvanera
Ubicada en un entorno natural alucinante, esta ermita es un remanso de paz. Imagina parar la moto, quitarte el casco, respirar hondo y dejar que el frescor de la sierra te despeje la mente. Ideal para una pausa larga, con vistas, historia y conexión con la naturaleza.
Parada 2: Viniegra de Abajo
Un pueblo precioso con una placita con varios bares para disfrutar de un vermouth refrescante, sobre todo si vais en los meses más calurosos del año.
Parada 3: Puerto de Montenegro
Este puerto es muy popular entre ciclistas y motoristas. Las vistas de los valles desde arriba son de las que se quedan en la retina. Y la subida, si la haces con calma, te permite disfrutar de cada curva, cada olor a pino, cada detalle del terreno. Es una experiencia muy diferente a simplemente subirlo rápido.
Consejito: haz fotos, pero no solo para Instagram
Sí, la ruta da para fotones. Pero el mejor recuerdo no está en el móvil: está en lo que sientes cuando ruedas a 60 km/h por una carretera solitaria con el motor ronroneando suave.
¿Y qué pasa con los sesgos cognitivos? Te están jugando en contra
Sí, aunque no lo sepas, tu cabeza te empuja a correr. ¿Sabías que hay sesgos mentales que te hacen pisar más fuerte de lo que deberías?
- Sesgo de normalidad: «si todos van rápido, yo también».
- Sesgo de exceso de confianza: «yo controlo, aunque el resto no».
- Sesgo de confirmación: buscas solo argumentos que refuercen tu forma de conducir.
Conducir más despacio y consciente ayuda a romper esos sesgos y a recuperar el control sobre tu moto de verdad. Porque la seguridad empieza en el coco, no en el puño.
Slow driving no es para todos… ¿o sí?
Muchos creen que esto es solo para motos custom o riders de domingo, pero no es así. Puedes practicar slow driving con cualquier moto:
- Trail: para disfrutar de caminos rurales y rutas largas.
- Naked: ideal para saborear tramos revirados sin prisa.
- Scooter: para relajarte en ciudad sin estrés.
- Sport-touring: para rutear a ritmo medio pero constante.
Lo importante no es la máquina, es la mentalidad.
Beneficios reales del Slow Driving
- Mejora tu anticipación y reduce el riesgo de accidente.
- Conecta más con tu moto y con la carretera.
- Evitas multas tontas por exceso de velocidad.
- Te cansas menos y disfrutas más.
- Favorece una conducción más ecológica y económica.
Y si te preguntas si esto tiene respaldo científico: sí. La OMS y la Fundación MAPFRE coinciden en que el exceso de velocidad es uno de los tres factores de riesgo principales al conducir.
¿Te atreves a probarlo?
La próxima vez que salgas en moto, prueba esto: elige una ruta, márcate un ritmo tranquilo (por debajo del límite) y céntrate en disfrutar. Verás que hay otra manera de disfrutar de tu motocicleta, más sutil pero más duradera. Y cuando pares en un mirador o en un bar de carretera, te sentirás distinto: más relajado, más presente… más motero (sin título), en el fondo.