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Diario Motero: Ser un papá motero

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Recientemente he sido papá (11 días en el momento de escribir este artículo) y siendo motorista se me plantean ciertas cuestiones que en algún momento de la vida de mi hijo tendré que poner sobre la mesa con él (o ella, si fuera el caso).

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Algunas de las preguntas que se me pasan por la cabeza son:

  • ¿Le incitaré a que lleve moto o por el contrario le intentaré quitar la idea de que sea motorista?
  • ¿Qué cambia en el fuero interno de un motorista cuando le dicen que va a ser padre?
  • ¿Cómo afrontas un viaje en moto o una ruta con los colegas?
  • ¿Te planteas vender la moto?

Voy a responderlas desde mi punto de vista y de una forma muy personal, pero puede que a alguno/a de vosotros os haya pasado por la cabeza alguna de ellas al tener un hijo/a.

¿Cambia algo por dentro cuando te dan la noticia de que vas a ser padre?

En mi caso sí que cambió algo por dentro. Es una especie de avisador de emergencia extra. Ese warning interno que se enciende cuando tu cabeza amueblada sabe que existe un peligro o tienes más probabilidades de encontrarte en una situación en la que tengas que usar tus Reacciones de Supervivencia con la moto.

Cuando te enfrentas a una carretera revirada y desconocida como me pasó en Septiembre en el viaje que hice con mis Compitruenos entre Cantabria y Asturias, disfrutando con esa parte de la ruta en la que tienes unas cuantas curvas enlazadas, te dejas llevar. Negociando alguna curva «puñetera» se te enciende el piloto de warning y aflojas sin querer forzar más la máquina, diciéndote a ti mismo «no vayas a dejar a tu hijo/a huérfano antes de nacer, tronquete«.

A este pequeño gran cambio en ti se suman las frases de tus allegados en plan «ya sabes que tienes que volver» o «tienes más razones que antes para volver sano y salvo» o «vuelve de una pieza que te estaremos esperando«. Algo se te tiene que mover por dentro y más siendo una persona tan emocional como soy yo.

¿Cómo afrontas un viaje en moto o una ruta con los colegas papuchi?

Seguramente, cuando te planteen una ruta en moto seas más selectivo, tanto con el trayecto como con la compañía. Probablemente, rechaces rutas que te exijan demasiado o vayan por zonas que no estén 100% secas, con asfalto no en muy buen estado o zonas con mucha afluencia de tráfico moteril y enlatado. También intentarás ir con gente que no te exija ir a un ritmo alto o con el cuchillo entre los dientes en cada curva.

Al hacer una ruta con asfalto en mal estado o con zonas sucias por barro de tractores o con zonas heladas en el interior de las curvas, se te puede poner el culete que no te quepa el bigote de una gamba. Incluso puedes ver la cara de tu retoño según vas pasando el mal trago.

Tranquilo, al final lo pasarás lo mejor que sepas y, después, una buena cosa que puedes hacer es pararte en algún pueblo cercano a tomarte un café descafeinado (que no te suba las revoluciones) para olvidar el trayecto maldito y continuar la ruta o volver porque no te sientes ya cómodo.

Los viajes en moto igual. Te planteas el Slow Driving como una buena manera de disfrutar de ese periplo con tus coleguis moteguis en la que nunca antes habías pensado. Tu objetivo es volver, disfrutar de tu viaje, de tus colegas y pasar un buen rato. La adrenalina sólo para las situaciones extremas que te puedas encontrar.

¿Te planteas vender la moto cuando te dan la noticia?

Os voy a hacer spoiler en mi caso: ¡NI DE COÑA!

¿Cómo voy a vender mi moto? Sí es verdad que siempre está el típico colega que te hace la gracieta cuando le das la noticia de «cuida bien mi moto para cuando me la vendas» o «brindemos por un motero que nos deja» o cosas similares. Siempre me lo he tomado con buen humor, pero también lo he tenido claro, nunca voy a dejar mi pasión por las motos aunque sea padre.

En mi humilde opinión, creo que nadie debería dejar su pasión por esta circunstancia. En mi caso la incentiva más. Que mi hijo, cuando sea consciente de ello, esté orgulloso de tener un padre motero.

De hecho, su madre está deseando que podamos dar una vuelta con la moto para volver a disfrutar juntos de esta pasión por las dos ruedas. Todavía falta un poco de tiempo, pero llegará ese momento.

¿Incentivas a tu hijo a ser motero o le quitas la idea de la cabeza?

En un futuro me tocará lidiar con esta disyuntiva… o no, que lo mismo al chaval no le gustan las motos o no le llaman la atención y está deseando que me vaya con su madre de ruta para quedarse solo en casa, jajajajaja.

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Pero si mi hijo se plantea ser motorista, está claro que no se lo voy a impedir ni le voy a poner trabas para que lo sea. Eso sí, intentaré que haga cursos de conducción segura, que lleve el mejor equipamiento que pueda llevar y que esté siempre informado de los trayectos que hará y con la gente con la que va. Que no se deje llevar por la adrenalina que te da el puño de gas y que si quiere encontrar sus límites en moto, que lo haga en un circuito donde puede hacerlo en un entorno más controlado.

Para explicar lo que siento respecto a dejar que mi hijo sea lo que quiera ser, hay un texto que siempre me ha acompañado de Khalil Gibran que me ha inspirado siempre en estas circunstancias:

Tus hijos no son tus hijos,
Son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma.
No vienen de ti, sino a través de ti, y aunque estén contigo, no te pertenecen.
Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos,
Pues ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes hospedar sus cuerpos, pero no sus almas,
Porque ellas viven en la casa del mañana, que no puedes visitar ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti,
Porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual tus hijos, como flechas vivas, son lanzados (…).
Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea hacia la felicidad.

Quizás te puedas plantear como mi padre «mientras vivas en mi casa no hay motos» o puedas enseñarle poco a poco a disfrutar de manera segura de una motocicleta. Tú mismo. Pero también te digo que si a tu hijo le apasionan las motos, tarde o temprano se comprará una y rodará con ella. ¿No será mejor que lo haga desde un punto de vista de la seguridad en moto? Yo pienso que sí.

Tener un hijo motero es una responsabilidad y una pasión compartida

En moto pueden pasar mil cosas, ya lo sabéis. Pero está claro que el único responsable de lo que pasa con una moto es del que la lleva. Hay circunstancias en las que no eres el responsable directo, pero puedes hacer mucho para evitar caerte incluso si no has hecho nada para dar con tus huesos en el asfalto. No te sientas culpable si tu hijo tiene un accidente en moto.

Quizás no le puedas quitar a tu hijo la idea de ser motorista, pero sí que le puedes ayudar a hacerlo de la manera más segura que os permita vuestra economía. Y, poder disfrutar juntos de esta pasión que nos mueve tantos kilómetros día a día a los motoristas.

Think about it!

 

Alberto Sánchez
Alberto Sánchezhttps://masmoto.es
Motorista los 365 días del año, llueva, nieve o haga sol. Obsesionado con la Seguridad en Moto y un apasionado de las motos Naked y Trail. ¿Me acompañas en este viaje?

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