Si hay algo que no se puede pasar por alto al montar en moto, es la cantidad de puntos ciegos que te rodean. Esos pequeños ángulos muertos en los que, si no tienes cuidado, podrías pasar de ser un motorista feliz a una estadística más. Os voy a hablar de esos puntos ciegos, cómo detectarlos y, sobre todo, cómo evitar que te metan en problemas. Porque, al final, el truco para llegar a casa sano y salvo está en ser más prudente y más inteligente que el resto de los usuarios de la carretera.
Aquí siempre una frase del profe Javier Mañana: «Puede que no seas el culpable, pero siempre será tu problema«. ¡No lo olvides!
¿Qué son los puntos ciegos?
A ver, para que lo tengas clarinete: los puntos ciegos son esas zonas alrededor de un vehículo donde el conductor no puede verte, ni con los espejos laterales ni con el retrovisor interior. En otras palabras, si estás en un punto ciego, el conductor no tiene ni idea de que estás ahí. Y cuando eso pasa, un cambio de carril o un giro inesperado puede acabar muy mal.
Como motorista, estás en desventaja. Eres más pequeño y más difícil de ver que un coche o un camión. Por eso, entender dónde están esos puntos ciegos y cómo evitarlos puede marcar la diferencia entre un susto y algo mucho peor.
Los 5 puntos ciegos más peligrosos para motoristas
1. El lateral trasero del coche
Este es el más conocido. Se encuentra a ambos lados del coche, justo detrás de los espejos laterales. Si estás en este punto ciego, el conductor no te verá al cambiar de carril.
Cómo evitarlo:
- Mantén una distancia suficiente para no quedarte “pegado” al coche.
- Si necesitas adelantar, hazlo con decisión y vuelve a colocarte en una posición visible.
2. Directamente detrás de un vehículo grande
Si vas justo detrás de un camión o un autobús, estás en una zona de riesgo. Estos vehículos tienen espejos enormes, pero sus puntos ciegos también lo son. Además, si el conductor frena de golpe, no tendrás tiempo de reacción.
Imagínate que el camión tiene un reventón de neumático y si estás colocado justo detrás de él no te dará tiempo a reaccionar ni al conductor evitar que te choques contra él o alguno de los cachos de goma que se desprendan, con el peligro que ello conlleva.
Qué hacer:
- Mantén una distancia de seguridad que te permita ver sus retrovisores. Si tú puedes ver al conductor en el espejo, él también puede verte.
- Anticípate a sus movimientos y estate preparado para reaccionar.
3. El ángulo muerto en giros cerrados
En curvas pronunciadas, muchos conductores giran sin comprobar bien sus espejos o incluso sin mirar si viene alguien por el lado interno. Esto es especialmente peligroso en rotondas y cruces.
Consejo práctico:
- No te metas en el lado interior de un coche en una curva cerrada o en una rotonda. Si estás adelantando, asegúrate de que tienes espacio de sobra para evitar sorpresas.
4. El punto ciego de apertura de puertas
Imagina que circulas por una calle llena de coches aparcados. De repente, alguien abre una puerta sin mirar y tú te estampas contra ella. Este es uno de los accidentes más típicos en ciudad y que deberíamos evitar.
Cómo prevenirlo:
- Circula a una distancia segura de los coches aparcados. Una buena referencia es mantener un metro y medio de separación, como con las bicicletas.
- Reduce la velocidad en calles estrechas o con tráfico denso.
5. El frente ciego de un camión o autobús
Los vehículos grandes tienen un punto ciego justo delante. Si te colocas demasiado cerca, el conductor no podrá verte. Esto puede ser un problema especialmente en atascos o semáforos.
Qué hacer:
- Nunca te coloques justo delante de un camión en un semáforo. En su lugar, trata de quedarte a un lado (preferiblemente el del conductor) y visible.
- Si estás en un atasco, mantén tu posición visible y evita maniobras bruscas.
Claves para mantenerte siempre visible
Aunque ya sabes dónde están los puntos ciegos, no está de más repasar algunas estrategias para que siempre estés en el radar de los demás conductores:
- Usa ropa llamativa: Si llevas colores oscuros, te confundes con el entorno. Un chaleco airbag reflectante o detalles fluorescentes en tu ropa te harán destacar.
- Juega con las luces: En condiciones de poca visibilidad, mantén tus luces encendidas. Si es necesario, usa ráfagas para llamar la atención.
- El claxon de tu moto puede ayudarte: Si ves que no te ven y necesitas llamar poderosamente la atención de un conductor despistado, pítale con el claxon de tu moto. Esto podría salvarte de no ser visto.
- Anticípate siempre: Mira más allá del coche que tienes delante y analiza el tráfico como si fuera un tablero de ajedrez.
Tu mejor amiga: la paciencia
Sí, lo sabemos, hay conductores que parecen tener carné para complicarte la vida. Pero recuerda: la moto siempre pierde en un choque contra un coche o un camión. Así que, aunque tengas toda la razón del mundo, a veces es mejor tragarte el orgullo y ceder el paso. Recuerda la frase del principio de nuestro amigo Javier Mañana.
La seguridad empieza por ti. No basta con saber conducir bien; también tienes que saber leer el comportamiento de los demás y adaptarte. Al final, cada ruta y trayecto que terminas sano y salvo es una victoria.
Ahora que sabes dónde están esos malditos puntos ciegos, ¿te sientes más preparado para enfrentarte a la jungla diaria que es el tráfico de las grandes ciudades? Dale un par de vueltas a lo que acabas de leer, piensa en cómo ajustar tu forma de conducir y no olvides compartir estos consejos con otros motoristas en tus Redes Sociales si te ha gustado.