Cómo los sesgos cognitivos pueden ponerte en peligro al conducir tu moto (y cómo combatirlos)

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Estás disfrutando de una ruta, el asfalto está seco, el paisaje acompaña, y de pronto… un coche invade tu carril en una curva. Reaccionas tarde o reaccionas exageradamente. No porque no lo hayas visto, sino porque tu cerebro, ese copiloto invisible, ha jugado en tu contra.

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¿Sabías que incluso los motoristas más experimentados pueden cometer errores no por falta de técnica, sino por cómo funciona su mente? Hoy hablamos de un tema del que se habla poco en el mundo de las dos ruedas, pero que puede marcar la diferencia entre volver a casa o acabar en el hospital: los sesgos cognitivos en la conducción en moto.

Y no, esto no va de «pensamiento positivo» ni de psicología barata. Hablamos de cómo nuestro cerebro, por pura eficiencia, toma atajos mentales que a veces nos traicionan. La neurociencia y la psicología cognitiva llevan décadas estudiándolo. Y como motoristas, más vale que entendamos estos sesgos si queremos rodar más seguros.

¡Ahí vamos! Espero que te resulte útil conocer estos mecanismos mentales y hackear nuestra mente para poder combatirlos.

¿Qué son los sesgos cognitivos y por qué afectan a los motoristas?

Los sesgos cognitivos son errores sistemáticos de nuestro cerebro en la forma en la que procesamos la información. No se trata de estar locos ni de ser despistados: son mecanismos automáticos que nos ayudan a decidir rápido… pero que a veces nos hacen juzgar mal una situación.

En moto, donde las decisiones deben tomarse en fracciones de segundo, estos sesgos pueden ser fatales. Según un estudio de la European Motorcycle Training Quality Label, muchos accidentes de motoristas no se deben solo a la falta de habilidades, sino a malas decisiones tomadas bajo presión o fatiga mental.

Ahora sí, nos adentramos en el mundo de los Sesgos Cognitivos en la esfera moteril.

Sesgo de exceso de confianza: “A mí no me pasa”

¿Qué es?

El sesgo de exceso de confianza (overconfidence bias, en inglés) hace que sobreestimemos tus habilidades o conocimientos. Creemos que conducimos mejor que la media, que podemos anticipar todo lo que pasa a nuestro alrededor… y eso nos lleva a asumir más riesgos.

Ejemplos reales

En un informe del Instituto de Seguridad Vial de la Fundación MAPFRE (2020) se destaca que una gran parte de los motoristas implicados en accidentes graves aseguraban tener «mucha experiencia» y considerarse con conocimientos en «conducción segura». Sin embargo, los datos mostraban que habían sobrevalorado su capacidad para anticipar movimientos de otros vehículos o para frenar a tiempo.

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También se ha observado este sesgo en estudios como el de Horswill y McKenna (2004), que evaluaron la autopercepción de riesgo de motoristas: muchos se creían menos propensos a tener accidentes que el promedio, lo cual les llevaba a asumir maniobras peligrosas.

Podéis escuchar nuestro episodio en el podcast «Seguridad en Moto» con el profe Javier Mañana en el que hablamos de esto.

¿Cómo minimizarlo?

  • Grábate conduciendo y revísalo con ojo crítico. Muchas veces creemos que lo hacemos perfecto… hasta que nos vemos.
  • Participa en cursos de conducción avanzada y segura. No solo mejoran tu técnica, también te bajan los humos, te ponen los pies en la tierra y te bajan de la nube (que no eres Goku).
  • Haz autochequeos mentales: si alguna vez piensas “esto lo tengo controlado”, ¡revisa si estás subestimando el riesgo!

Sesgo de atención selectiva: ver solo lo que esperas ver

¿Qué es?

Nuestro cerebro filtra la información que recibe. Es un crack ahorrando energía. El sesgo de atención selectiva nos hace prestar atención solo a aquello que consideramos relevante… y dejar fuera lo que no encaja con nuestras expectativas.

Ejemplos reales

El clásico: un motorista no ve al peatón que cruza porque está buscando coches, no personas. En el famoso estudio del “gorila invisible” (Simons & Chabris, 1999), se demostró cómo las personas pueden no ver algo completamente obvio si no lo están esperando.

En moto, este sesgo se traduce en “no vi venir ese coche saliendo del camino rural” o “no vi la señal de stop porque estaba buscando tráfico”. En el informe MAIDS (Motorcycle Accidents In Depth Study, 2009), más del 30% de los accidentes implicaban un fallo de percepción por parte del motorista.

¿Cómo minimizarlo?

  • Antes de salir, haz un “reseteo” mental: recuerda que cualquier cosa puede pasar. Como decían en la película Forrest Gump: “Shit happens”.
  • Usa la técnica de “mirar dos veces”, sobre todo en intersecciones.
  • Entrena tu atención con ejercicios de conducción defensiva que te obliguen a identificar múltiples riesgos simultáneamente.

Efecto túnel atencional: visión de túnel bajo estrés

¿Qué es?

Cuando estamos bajo estrés (por velocidad, tráfico denso, etc.), nuestra atención se reduce drásticamente. Literalmente, vemos menos. Este fenómeno está documentado en estudios de psicología del estrés y neurociencia cognitiva. Se llama “visión en túnel” o tunnel vision.

Ejemplos reales

En maniobras de emergencia, muchos motoristas solo enfocan el obstáculo y no la vía de escape. El resultado: chocan contra aquello que trataban de evitar. Ya sabéis, «donde pongo el ojo, pongo la moto». La DGT lo ha mencionado en sus campañas: en situaciones de pánico, el cuerpo se prepara para la amenaza… pero el foco atencional se estrecha peligrosamente.

En accidentes analizados por el IIHS (Insurance Institute for Highway Safety), se ha visto que muchos motoristas frenan tarde o giran hacia el peligro, no porque no haya alternativa, sino porque no la ven.

¿Cómo minimizarlo?

  • Practica situaciones de emergencia en circuito o en cursos de formación.
  • Entrena tu visión periférica: mira siempre hacia la vía de escape, no al problema.
  • Aprende a respirar y mantener la calma en momentos de alta tensión. Suena zen, pero salva vidas.

Sesgo del coste hundido: “Ya que he llegado hasta aquí…”

¿Qué es?

El sesgo del coste hundido (sunk cost fallacy) es esa tendencia a continuar con algo solo porque ya has invertido tiempo, dinero o esfuerzo… aunque seguir adelante sea una mala idea.

Ejemplos reales

Muchos motoristas se han visto en esta situación: mal tiempo, niebla, fatiga… pero como ya has hecho 200 km de ruta en tu flamante moto, “ya que estás aquí, sigues hasta el final”. Incluso si las condiciones son objetivamente peligrosas.

Este sesgo ha sido ampliamente estudiado en psicología de la toma de decisiones (Arkes & Blumer, 1985). En seguridad vial, el Observatorio Europeo de Seguridad Vial lo relaciona con decisiones de viaje en condiciones adversas: no se cancela o modifica la ruta porque ya se ha empezado o se han hecho planes.

¿Cómo minimizarlo?

  • Cambia el chip: la ruta no es un compromiso, es una experiencia. Si no va bien, se puede cambiar o parar.
  • Valora el “a partir de ahora” y no el “lo que ya he hecho”.
  • Montar en moto no es una obligación. Si te toca dar la vuelta, eso también es ser buen motorista.

Sesgo de normalización del riesgo: cuando lo peligroso se vuelve rutina

¿Qué es?

Este sesgo aparece cuando nos exponemos de forma repetida a un riesgo… y como no pasa nada, lo normalizamos. Al final, deja de ser algo peligroso “porque nunca ha pasado nada” y se convierte en la norma.

Ejemplos reales

Saltarse una línea continua para adelantar, entrar pasado en una curva que conoces, o ir sin protecciones “porque es solo un recado corto”. Todo eso forma parte del día a día de muchos motoristas. Hasta que un día deja de salir bien.

En un análisis de siniestros urbanos de mutuas y aseguradoras españolas, se encontró que muchos accidentes ocurren en trayectos cortos y repetitivos, donde el motorista “iba con la cabeza en otra cosa”. En esos contextos, la normalización del riesgo es altísima y podemos entrar en una conducción subconsciente sin saberlo.

También lo recoge el informe “Riderscan” (FEMA, 2015) sobre la percepción de riesgos entre motoristas europeos: cuando no hay incidentes durante mucho tiempo, los conductores tienden a subestimar el peligro real de ciertas acciones.

¿Cómo minimizarlo?

  • Cambia rutas habituales de vez en cuando. Ayuda a mantener la atención activa.
  • Haz un checklist mental de riesgos antes de cada trayecto, por rutinario que sea.
  • Reflexiona tras cada trayecto: ¿qué ha salido bien por habilidad y qué por pura suerte?

Efecto Dunning-Kruger: los que menos saben, más seguros están de saber

¿Qué es?

Este sesgo, descubierto por Dunning y Kruger en 1999, muestra que las personas con menos habilidades o conocimientos sobre un tema tienden a sobreestimarse. Mientras que los más preparados tienden a dudar más de sí mismos.

Ejemplos reales

Motoristas novatos que llevan un par de meses y ya se sienten con confianza para tumbar en curvas sin margen de error. O el clásico “yo no necesito cursos, llevo toda la vida en moto”. Este efecto se refleja en estudios de formación en seguridad vial como los realizados por RoSPA (Royal Society for the Prevention of Accidents): los motoristas con menos formación técnica suelen valorar peor su propio nivel real de habilidad.

¿Cómo minimizarlo?

  • Humildad al manillar: no importa cuántos kilómetros lleves, siempre se puede mejorar.
  • Rodéate de gente que sepa más que tú y te dé feedback real. Cuidado con los «cuñaos moteros diplomados».
  • Cuantos más cursos hagas, más consciente serás de lo que aún te falta. Eso es una buena señal, pero no es una garantía de que todo va a ir bien. Muchas veces se nos escapan situaciones o peligros que no se ven porque aparecen de repente. En el siguiente sesgo lo explico más detalladamente.

Ilusión de control: creer que tienes el mando de todo

¿Qué es?

La ilusión de control es un sesgo que nos hace pensar que podemos influir en resultados que, en realidad, dependen del azar o de factores externos.

Ejemplos reales

Creer que por ir bien equipado “vas protegido” incluso en caso de accidente a alta velocidad. O pensar que puedes controlar el agarre en asfalto mojado solo porque conoces la carretera.

Estudios como los de Langer (1975) y posteriores aplicados al tráfico (Svenson, 1981) muestran que este sesgo está presente en la mayoría de conductores. En motoristas es aún más crítico, porque el margen de error es mucho menor.

¿Cómo minimizarlo?

  • Acepta que no puedes controlarlo todo: el tráfico, el clima, los fallos mecánicos…
  • Tu mejor protección es anticiparte, no confiarte.
  • Recuérdate que ir preparado reduce consecuencias, no elimina riesgos.

Efecto de anclaje: tu primera impresión condiciona todo

¿Qué es?

Este sesgo hace que las primeras informaciones que recibes sobre algo condicionen tu percepción posterior, incluso si no son relevantes.

Ejemplos reales

Sales de casa, la carretera parece seca, y te fías de esa impresión durante toda la ruta… aunque más adelante hay zonas húmedas por sombra. O ves que no hay tráfico al salir de tu barrio y asumes que todo el trayecto será igual.

El efecto anclaje fue descrito por Kahneman y Tversky, y se ha observado en estudios aplicados a la conducción, como el “Risk perception and anchoring bias” (Reyna & Brainerd, 2007), donde se demuestra que las primeras impresiones influyen en las decisiones posteriores incluso ante nueva información.

¿Cómo minimizarlo?

  • Actualiza tu análisis del entorno constantemente, no te quedes con la primera impresión.
  • Reevalúa cada tramo con criterios objetivos: agarre, visibilidad, tráfico…
  • No tomes decisiones importantes basándote solo en cómo “parecía” estar todo al principio.

No todo está en tus manos… ¡también en la mente!

La mayoría de motoristas se preocupa por llevar un buen casco, revisar presiones, llevar ropa con protecciones… pero, ¿cuántos motoristas revisan su mente antes de subirse a la moto?

Los sesgos cognitivos están ahí, nos afecten más o menos. Y no se trata de eliminarlos (no podemos), sino de ser conscientes de ellos y entrenar para que no nos jueguen malas pasadas.

Conducir bien no es solo frenar a tiempo o trazar perfecto una curva. También es pensar mejor, decidir con cabeza fría y, sobre todo, no caer en trampas mentales que pueden costarte la vida.

Así que ya sabes: la próxima vez que te pongas el casco, además de cerrar la visera… abre bien los ojos de la mente.

Si te ha gustado este artículo de psicología aplicada a la conducción en motocicleta, prueba a escuchar el episodio del podcast «Seguridad en Moto» en el que hablamos con Psicobiela de temas muy interesantes.

Alberto Sánchez
Alberto Sánchezhttps://masmoto.es
Motorista los 365 días del año, llueva, nieve o haga sol. Obsesionado con la Seguridad en Moto y un apasionado de las motos Naked y Trail. ¿Me acompañas en este viaje?

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